Las nuevas masculinidades provocan irremediablemente violencia contra el hombre mismo

 

Hoy, no por moda, sino por necesidades sociales, y en la búsqueda de igualdad de géneros, se habla de nuevas masculinidades que son resultado del involucramiento del hombre en las actividades ‘tradicionales e históricas’ de la mujer.

Ariel Sebastián Monroy, del Instituto Sonorense de la Mujer (ISM), participó en el Foro ConVIVE sin violencia, organizado por el Programa de Orientación Educativa y Psicológica de la Dirección de Servicios Estudiantiles, y habló sobre Las nuevas masculinidades.

Como preámbulo, hizo referencia histórica de cómo, socialmente, se ha tratado –y se sigue tratando– a la mujer en diferentes regiones y culturas del mundo, destacando especialmente lo que sucede en los países del Medio Oriente, en Japón y algunos otros de África.

Todos ellos, dijo señalando el uso obligatorio de vestir la burka, la formación de geishas, enseñándolas a servir a los hombres desde pequeñas, y la práctica de la ablación en África, son formas de violencia en contra de las mujeres.

“Pero no tenemos que ir muy lejos. Aquí, en el sur del país, también hay costumbres que atentan contra los derechos de las mujeres, y aquí en el norte y aquí mismo, en el municipio de Hermosillo, en el poblado Miguel Alemán, las niñas de un grupo étnico son vendidas por sus padres como parte de sus costumbres”, expresó.

Ariel Sebastián dijo que los usos y costumbres siguen vigentes en muchas partes del mundo y en nuestro entorno también, si nos ponemos a analizar lo que sabemos, pensamos y creemos que es el hombre y todo desde lo social.

Explicó que culturalmente un hombre debe ser bebedor, mujeriego, macho, violento, enojón y entrón, y si acaso no cumple con alguno de estos perfiles, entonces la misma sociedad le cuestiona que no lo sea.

En este contexto, dijo, es donde se dan las nuevas masculinidades, donde el hombre se ha comenzado a involucrar en las tareas ‘propias’ de una mujer, y eso “no es bien visto por la sociedad que, además de no reconocerlo, lo señala y lo califica como no hombre”.

“La cuestión de las nuevas masculinidades están provocando también violencia contra los hombres mismos”, aseguró al preguntar cómo es que se burlan de alguien que colabora en las actividades domésticas o se rehúsa a hacer algo que, socialmente, es una actividad histórica de las mujeres.

El especialista comentó que en las nuevas masculinidades entran una nueva forma de paternidad, con manifestación de cariño y cuidados hacia los hijos; la expresión de afecto hacia los demás, incluyendo a otros hombres; el autocuidado y la comunicación asertiva, la incorporación del hombre a las labores domésticas, la desmitificación del machismo y, por supuesto, el manejo de emociones, entre otros.

“Ahora se trata de compartir y tener un equilibrio en los derechos de hombres y mujeres”, dijo, y advirtió que el hombre mismo es una pieza muy importante en la erradicación de la violencia contra la mujer. (BE)

Deja un comentario