20 de junio de 2022
Beatriz Espinoza
En pro de tener una Universidad libre de violencia, las autoridades trabajan en el mapeo de las zonas de riesgo para mujeres, integrantes de la comunidad LGBTyQ y en resumen, para toda la comunidad universitaria.
Ana Ivette Rodríguez Navarro, de la Dirección de Apoyo a Programas Institucionales de esta casa de estudios informó de la primera parte del Curso Corto: Cartografía con perspectiva de género que se realizó con la Coordinación de Seguridad y Vigilancia de la institución, como un ejercicio de identificación de las violencias dentro de la Universidad de Sonora.
“El curso se hizo desde el Programa Institucional por la Equidad de Género (PIEG) que coordina la maestra Martha Patricia Minjárez Soza y es una primera parte para poder mapear el campus universitario con esas zonas consideradas como zonas de riesgo”, comentó al señalar que primeramente se hizo con el personal de Seguridad Universitaria debido a su experiencia y conocimiento de todas las zonas dentro del campus.
Rodríguez Navarro explicó que se pretende hacer los mapas de los lugares donde se pueda tener un mayor riesgo para establecer esos lugares y como siguiente paso, generar proyectos, programas o acciones que ayuden a la disminución de cualquier tipo de violencia dentro de la Universidad.
“Empezamos con el enfoque de las mujeres y la comunidad específica, pero en realidad lo que se espera es que la Universidad sea un espacio totalmente seguro para toda la comunidad universitaria”, expresó.
Ana Ivette dijo que en este primer curso se establecieron algunos puntos, destacando la vulnerabilidad que se tiene en el edificio de Museo y Biblioteca, por ejemplo, espacio que no está cercado y no está seguro, al igual que las canchas en el campus que en la noche son lugares solitarios.
Comentó que el curso continuará retomando la opinión del resto de la comunidad universitaria, como son los profesores, el personal administrativo y los alumnos, para definir totalmente los sitios de riesgo.
Por lo tanto, dijo que habrá un segundo y quizá un tercer curso hasta tener un mapa de riesgo completo del campus universitario donde hayan participado en mayoría los y las integrantes de la comunidad universitaria.
Añadió que, igualmente desde el PIEG trabajan en otro proyecto con Conacyt para complementar este programa de cartografía con perspectiva de género buscando tener un mapa que nos permita programar acciones en pro de tener una Universidad libre de violencia. “Esa es la idea”, concluyó.