El profesor Daniel Miguel Marín Botello dejó una huella permanente para los futuros profesionales, y su legado permanecerá eternamente en la memoria del Departamento de Arquitectura y Diseño de la Universidad de Sonora.
Hoy, su querida comunidad académica y estudiantil, como lo reiteró en varias ocasiones, lo despidió entre aplausos y lágrimas, en un homenaje póstumo, al saber que su presencia no será vista en la banca en la que tradicionalmente se sentaba todos los días para mirar detenidamente el ir y venir de sus estudiantes y compañeros de trabajo.
En la ceremonia luctuosa, que se llevó a cabo en los jardines del Departamento de Arquitectura y Diseño, estuvo presente la vicerrectora de la Unidad Regional Centro, María Rita Plancarte Martínez, pero fue la directora de División de Humanidades y Bellas Artes, María Guadalupe Alpuche Cruz, quien dio la bienvenida a todos los dolientes.
Comentó que la Universidad lamenta profundamente la partida del gran “Arqui”, como era conocido entre los integrantes de la comunidad académica y estudiantil, y señaló que dicho homenaje es una pequeña muestra de la profunda admiración y cariño para un académico que dio toda su vida a la docencia y a la formación de cientos egresados.
Mientras que sus cenizas reposaban en una urna color dorada, Francisco López Brambila, amigo y colega del extinto maestro, dio lectura a su amplia trayectoria académica y profesional, quien ocupó puestos importantes en el gobierno estatal y municipal.
A nombre de la comunidad estudiantil, la presidenta de la Sociedad de Alumnos de Arquitectura, Rebeca Martínez Loustanau, brindó un emotivo mensaje a los asistentes donde resaltó las cualidades y virtudes del maestro Daniel Marín Botello.
“Lo recordamos como una persona comprensiva, siempre llegaba a clases con una sonrisa y un buenos días; tuvo un gran impacto en la formación académica de muchos profesionales de la arquitectura”, dijo.
Por su parte, Daniel Marín Tapia, hijo del gran arquitecto, quien no pudo ocultar su sentimiento ante la enorme pérdida física, agradeció la muestra de cariño para su papá.
“Adoraba la escuela de Arquitectura, el venir a trabajar y platicar con sus colegas en la banca; era un orgullo para él saber que tenía que venir a trabajar, se levantaba a las tres de la mañana para no llegar tarde a su compromiso”, recordó.
Como parte del homenaje póstumo, los asistentes ofrecieron un minuto de aplausos en agradecimiento por su destacada labor docente y, para finalizar, el muy querido profesor fue despedido de su alma mater después de entonar el himno universitario.
Daniel Miguel Marín Botello nació en Ciudad Victoria, Tamaulipas, el 13 de febrero de 1932, estudió en la Escuela de Arquitectura de la UNAM (1950-1954). Se tituló mediante examen profesional presentado en 1958.
Fue creador de más de 150 obras, principalmente casas habitación ubicadas en Hermosillo y Cuidad Obregón, así como obras comerciales; su primera obra construida fue la Escuela Uruchurtu en la colonia Villa de Seris, también fue jefe de la dirección de Planeación y Obras Públicas del Estado de Sonora y titular del Catastro de Hermosillo.
Asimismo, fue catedrático fundador de la Licenciatura en Arquitectura, presidente del Colegio Sonorense de Arquitectos, miembro del Instituto de Valuación de Sonora, Arquitecto del año 1990, premio otorgado por el CSA, Premio a la Excelencia Académica del Itesm, entre otros títulos.
Descanse en paz, el profesor Daniel Miguel Marín Botello