Con el objetivo de ofrecer alternativas de planificación y diseño que permitan mejorar la calidad de vida en los asentamientos humanos, este lunes se inauguró el II Seminario de Vivienda y Comunidades Sustentables, organizado por la sede Hermosillo del Laboratorio Nacional de Vivienda y Comunidades Sustentables (Lnvcs), del Departamento de Arquitectura y Diseño de la Universidad de Sonora.
María Rita Plancarte Martínez, vicerrectora de la Unidad Regional Centro, al inaugurar la actividad, calificó la temática del seminario como un asunto de primera importancia para México, ya que la construcción de vivienda constituye una preocupación cada vez más prioritaria para los gobiernos, especialmente la ciudadanía en general.
Destacó la trascendencia que hoy tiene de la difusión de proyectos y acciones en áreas como certificaciones internacionales para ciudades, arborización urbana, patrimonio cultural edificado, iluminación natural y artificial, planificación de la vivienda urbana y relaciones de costo-beneficio de estrategias de acondicionamiento térmico y energético, entre otras.
A los estudiantes del Departamento de Arquitectura y Diseño les dijo que la actividad forma parte de su formación académica y que, por lo tanto, deben esmerarse en estar atentos y aprender de cada una de las seis conferencias que comprende el programa del seminario.
José Manuel Ochoa de la Torre, director regional del Laboratorio, en su mensaje de bienvenida señaló la necesidad de que México debe pasar de la construcción de casas a la de ciudades habitables, combinando una infraestructura sustentable, los servicios y medios de transporte cercanos a los lugares de trabajo.
Planteó que las autoridades deberían promover mayor flexibilidad en este tema y brindar mejores opciones de vivienda para frenar la expansión urbana, reducir el número de ciudades desocupadas y ayudar a detener el hacinamiento de los centros urbanos.
“El rezago habitacional no disminuye, sino que aumenta, además de que en las últimas décadas se aplicaron malas políticas públicas en este tema, las que por fortuna han empezado a corregirse y esperemos que con los vientos de cambio que se avecinan, esto mejore”, expresó.
Ochoa de la Torre reconoció que en los últimos cinco años los planes y programas gubernamentales se han encaminado al fortalecimiento del desarrollo sustentable de la vivienda, pero que el reto no es fácil, ya que según datos del Inegi, México tiene un parque habitacional de 33 millones de vivienda, con un rezago de más de un millón.
Paradójicamente, precisó, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) calcula que una séptima parte (14%) de esas viviendas están en grave abandono, especialmente en la zona fronteriza con Estados Unidos, donde se llega hasta el 20%.
En su intervención en el auditorio del Centro de las Artes, se lamentó del hecho de que en nuestro país haya tan alto porcentaje de vivienda abandonada, que se construyan de manera inapropiada, estar ubicadas lejos de los centros urbanos, o que no correspondan a las necesidades de los usuarios.
Agradeció la presencia en el seminario de los directores regionales de los laboratorios ubicados en las universidades autónomas de Ciudad Juárez y de Chiapas, así como la Universidad de Guadalajara, además de los representantes de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña, de República Dominicana, y la Technical University of Kosice, Eslovaquia.
Antecedentes del Laboratorio
Ochoa de la Torre recordó que fue a partir de 2014 cuando en México, a través del Programa Especial de Ciencia y Tecnología, se calificó al desarrollo sustentable dentro de sus temas prioritarios, incluyendo a las ciudades y el desarrollo urbano, impulsándose a través del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) una línea de acción dirigida a la investigación de las necesidades habitacionales.
Al siguiente año, indicó, con el respaldo del Conacyt surgió el Lnvcs en las universidades ya mencionadas, destinado a la innovación y desarrollo de tecnologías dirigidas al rubro de la vivienda y comunidades urbanas sustentables, conformado de manera interdisciplinaria, formándose redes en Latinoamérica y el Caribe con proyectos financiados a nivel internacional.
“Hoy tenemos un sistema de gestión de calidad que permite operar al laboratorio y dar servicios a quien lo requiera, sean académicos, de investigación o de vinculación con la sociedad, a nivel nacional e internacional”, concluyó.