“Hay que en algún momento cerrar la cuenta, pedir los abrigos y marcharnos, aquí se quedarán las cosas que trajimos al siglo y en las que cada uno pusimos nuestra identidad; se quedarán los demás, que cada vez son otros, y entre los cuales habrá de construirse lo que sigue; también el hueco de nuestra imaginación se queda para que entre todos se encarguen de llenarlo, y nos vamos a nada, limpiamente como las plantas, como los pájaros, como todo lo que está vivo un tiempo y luego, sin rencor, deja de estarlo…”
Así, como dice el poema Despedida, de Alejandro Aura, el martes 19 de mayo de 2020, a las 15:00 horas, en la ciudad de Hermosillo, la maestra Margarita María Knight Kenny, la Maestra Peggy, como era conocida, cerró la cuenta de sus días, se colocó el sobretodo encima de los hombros delgados y se fue flotando lentamente por la ventana hacia esa otra dimensión donde el tiempo ya no tiene importancia. Ni el dolor ni la tristeza.
Margarita María Knight Kenny nació en la ciudad de Tampico, Tamaulipas, el 10 de noviembre de 1938. A los meses, su familia se radicó en la ciudad de Laredo, Texas, y 15 años más tarde se mudaron a la Ciudad de México. En Laredo realizó su educación básica hasta los primeros años de bachillerato, que concluyó en el Colegio Americano en la capital del país. En enero de 1980 se trasladó a Hermosillo con su esposo y sus tres hijas, y en 1985 ingresó a laborar como docente en la Universidad de Sonora, en la que prestó sus servicios durante 30 años: se jubiló en 2015.
En tres décadas de servicio muchas fueron las generaciones que pasaron por su vida, fueron muchos los corazones que tocó con sus palabras, muchas las vivencias, mucho esfuerzo para formar una nueva ciudadanía más comprometida con su entorno y con la moderna visión de futuro y con la expansión de la realidad que otorga la enseñanza de otros idiomas. En su caso, con la enseñanza del idioma inglés no como una herramienta más para los jóvenes, sino como la creación de un ambiente cultural que les permitiera entender al mundo de otra manera: una en la que ellos mismos fueran protagonistas de la historia y no simples espectadores.
La Maestra Peggy realizó estudios de Licenciatura en Filosofía en la Enseñanza del Inglés (B. Phil. Ed in ELT) en el College of St. Mark & St. John, en Plymouth, Inglaterra, a través de un convenio con el Consejo Británico, cuando ya formaba parte del cuerpo docente de la Universidad de Sonora. Posteriormente, a finales de la década del noventa, cursó la Maestría en Educación en la Universidad de Exeter, en el Reino Unido, también como parte de un programa de profesionalización docente con apoyo del Consejo Británico.
Pese a estar retirada, la maestra Knight era considerada como un pilar importante del Departamento de Lenguas Extranjeras: fue fundadora de la Licenciatura en Enseñanza del Inglés, que inició en 1995, coordinadora de los Cursos Generales de Inglés de esa unidad académica, y en reconocimiento a su trabajo constante, el salón 202 del edificio 13B de Lenguas Extranjeras lleva su nombre.
Cuando un maestro fallece, en cierto modo todos morimos un poco. La maestra Margarita María Knight dio cátedra no sólo en el aula, sino también en el curso de la vida. Su presencia cotidiana fue un arquetipo de superación y de enseñanza de calidad: no en vano la finalidad la educación es proporcionar las capacidades y conocimientos necesarios para convertirnos en ciudadanos, desarrollarnos, adaptarnos al cambio y contribuir a la sociedad, y con su partida algo se ha muerto en el alma.
“Su familia la recordará como un ser humano extraordinario, con gran vocación de servicio, entregada a su familia y a su profesión con integridad y rectitud. Siempre sonriente y amable, dispuesta a ayudar. Una gran esposa, madre, abuela, maestra y colega que dejó huella en quienes tuvieron la fortuna de conocerla. En pocas palabras: un modelo a seguir”, señala su hija Carla, docente del Departamento de Lenguas Extranjeras.
“Fue y seguirá siendo en la memoria de la comunidad de Lenguas Extranjeras un ser humano que vivió dando ejemplo en vida y que deja una profunda huella en todos quienes tuvimos la fortuna de tenerla en nuestra existencia de una forma u otra. Deja un legado y una huella imborrable en cada uno de los maestros que formó con su inquebrantable ética y ejemplo”, añade.
A la Maestra Peggy le sobreviven su esposo, José Santiago Gastélum Bravo; sus hijas Denise, Carla y Cynthia Gastélum Knight; su yerno Jorge Flores Córdova y sus dos nietos: María Fernanda y David Flores Gastélum, a quienes la Universidad de Sonora les extiende sus condolencias.
“Nos vamos —dice Alejandro Aura en el poema—. Hago una caravana a las personas que estoy echando ya tanto de menos, y digo adiós”. Y así nos despedimos, en medio del sofocante calor de la nostalgia, de la profesora Margarita María Knight Kenny. Así la extrañaremos. Así la buscaremos en silencio en la estrella más luminosa. Así le desearemos que descanse en paz.
Armando Zamora