La creación en esta casa de estudios de una guardería para los hijos de madres estudiantes, además de que se generen programas de política pública como respaldo al desarrollo de sus habilidades-capacidades y concluyan en tiempo y forma sus estudios universitarios, propuso Nissa Yaing Torres Soto, egresada de la Maestría en Innovación Educativa de la Universidad de Sonora.
Al intervenir en el XLII Simposio de Historia y Antropología, destacó la importancia de que haya una mirada reflexiva respecto a las estudiantes madres universitarias que antaño no eran reconocidas como tal, pero que en la actualidad han cobrado preponderancia. Lo lamentable, sostuvo, es que puedan dejar sus estudios para poder cumplir con su rol de madres y trabajar, ya que no se tiene una política pública de respaldo a ese actor de la educación.
En su conferencia Ser madre y estudiante: una experiencia cotidiana en la Universidad de Sonora, dijo que, definitivamente, debe terminarse con el concepto de que a esas mujeres sean vistas como “una alumna más”, e hizo ver que sus condiciones sociales y económicas pueden determinar que muchas de ellas dejen sus estudios porque no tienen dinero para pagarse la matrícula universitaria, y menos para atender a sus hijos.
Mencionó que su estudio de tesis de posgrado surgió a partir de la idea medio dispersa que se tenía de la maternidad en los contextos de las instituciones de educación superior, laboral y social en general. “Parto de una construcción social desde la experiencia subjetiva de la mujer, siempre en términos de que la maternidad no es particularizada, sino que ’hay maternidades’ dependiendo del contexto social donde la mujer se mueva y lo vive”, dijo en el auditorio de la Sociedad Sonorense de Historia.
Es importante, sostuvo, que las instituciones de educación superior asuman una perspectiva reflexiva sobre este nuevo perfil de estudiante y se generen acciones que promuevan una perspectiva de género inclusiva que propicie la equidad y favorezca a las mujeres, sobre todo, en etapa de maternidad y en lo relacionado al cuidado de los hijos menores.
Puntualizó en que se requieren cambios al interior de las instituciones, así como programas que favorezcan que hombres y mujeres compartan las demandas y obligaciones derivadas de los hijos, el hogar y la familia, modificando las viejas prácticas y creencias relacionadas a la división de los sexos en miras del avance profesional de las madres universitarias.
Como propuesta, indicó que sería importante habilitar espacios que promuevan la salud mental de las madres estudiantes, donde ellas puedan compartir sus experiencias, deseos, angustias y se brinden las herramientas necesarias para afrontar de mejor manera las dificultades que se le presentan en su trayectoria vital.
Por otra parte, informó que se desconoce la estadística específica en cuanto al número de estudiantes madres en la Universidad de Sonora. Por lo tanto, señaló que es así como surge un nuevo planteamiento de investigación que abre puertas para generar estudios con mayor rigor metodológico que ayuden a analizar la forma en que se vive la maternidad y la compaginación de los dos roles de alumna y madre a la vez.
Otro aspecto de su estudio, advirtió, fue que dentro de las matices de la experiencia de la maternidad, está el significado que la mujer le otorga a su cuerpo. “Dos de las encuestadas consideran que a causa de la maternidad han modificado ese cuerpo ideal que la mujer tiene que mostrar ante la sociedad, especialmente frente a la mirada masculina”, indicó.
Esto, añadió, tiene que ver con una visión tradicional que, incluso, los propios medios de comunicación permean en general sobre cómo la mujer se debe mostrar ante el medio social, y “otro aspecto interesante es que las madres estudiantes son valorizadas por su condición y la recriminación de que son objeto por el hecho de ser estudiante y madre, y no cumplir con su rol total de la maternidad, lo cual de alguna manera influye en su avance profesional”, concluyó. (JAR)