Si de alguna forma podemos calificar al Octavo Festival de la Primavera, esta es como una serie de eventos profundamente humanos y gratificantes.
El Festival, a través de su jornada dedicada a los estudiantes con capacidades diferenciadas en lo motriz, sensorial, cognitivo y auditivo, hizo énfasis en una problemática compleja y poco atendida en el campo de la educación: el enfoque de inclusión.
La inauguración, de acto protocolario, devino en una serie de testimonios de los propios estudiantes que actualmente cursan carreras como Letras, Arquitectura, Deportes y otras, en escenarios adversos para sus limitaciones visuales, motrices y auditivas.
Ante un auditorio compuesto por estudiantes en circunstancias parecidas y procedentes de otras instituciones de los niveles medios, el inicio del festival cumplió con el objetivo propuesto: abonarle a un proceso de sensibilización cada vez mayor que permita dentro de la Universidad y otras instituciones de la región, la generación de los espacios y condiciones para el desarrollo pleno de los estudiantes con capacidades diferenciadas.
Lo que debía ser un acto protocolario se transformó en una jornada intensa, plena de emociones y significados al escuchar la conferencia de Rubí, quien por su condición parapléjica tuvo dos caminos posibles: hundirse en el victimismo y la desolación o convertirse en la terapeuta brillante que no se rindió a su destino.
Si una enseñanza nos deja la Jornada de Inclusión es que el cambio verdadero como humanidad se dará a partir de reconocer al otro, abrazarlo desde lo profundo del corazón, y desde la gratitud y desde el amor incondicional. No hay de otra.
Si la primavera marca el inicio de un ciclo regeneracional para la tierra, los humanos no somos inmunes a ello. Por el contrario, el acto de re-nacer desde las entrañas mismas de lo vivo, nos lanza a comprender y entender mejor nuestros procesos como especie.
Con este evento que cada año organiza y fortalece las temáticas relacionadas con los jóvenes, el Museo Regional de Historia y la Dirección de Vinculación y Difusiónenriquecen el trabajo de la Universidad de Sonora para seguir avanzando en los postulados vitales que le dan razón de ser y hacer a la institución: bajo la fresca sombra de su humanismo, crecemos todos.
El Festival de la Primavera 2018 ofreció, del 13 al 22 de marzo, música, conferencias, danza, ciencias, pintura y mucho más, con la participación activa de los jóvenes universitarios. Bien por ellos. Y por nosotros: su público cautivo. (HRM)